Eres lo que comes. La elección de nuestros alimentos, las diversas formas de prepararlos y consumirlos, e incluso la importancia y el sentido que ponemos al acto de comer, descubren muchos aspectos de nuestras sociedades y de nuestra cultura. Al comer activamos solo cuatro músculos, pero millones de neuronas que se encargan de identificar olores, sabores y colores, filtrándolos de acuerdo a una selección aprendida culturalmente. Lo que es sabroso para una cultura, puede no serlo para otra.
¿Sabías qué?

La preferencia por ciertos sabores y comidas tienen que ver con el lugar del mundo en el que nos encontramos, la cultura a la que pertenecemos, la disponibilidad, la época en la que vivimos y lo que personalmente preferimos. Sin embargo, todos los seres humanos somos capaces de percibir y distinguir solo cinco sabores – dulce, ácido, salado, amargo y umami.

estrellas

NOSOTROS TAMBIEN SOMOS PARTE DE LA BIODIVERSIDAD

Los seres humanos, somos seres vivos, provenimos de un ancestro común; compartimos genes, espacios (hábitats y ambientes) y nos relacionamos con otros seres vivos como plantas, hongos, algas y bacterias. Somos una especie más sobre el planeta, pertenecemos al reino animal, al igual que los osos, delfines y las lombrices de la tierra.

¿Sabías qué?

Esto de los sentidos suena muy lógico si pensamos en alimentos que tengan una fragancia particular como las frutas, las hierbas o las especias. Pero qué pasa con los alimentos que no poseen estas características, pues aquí interviene LA COCINA. El calor generará reacciones que darán como resultado sabores, olores y colores que de otra forma no aparecerían.

estrellas

EL QUINTO SABOR: UMAMI

El UMAMI es un sabor algo difícil de describir, se refiere a lo sabroso, a alimentos que resaltan los sabores de otros alimentos que, tienen un alto contenido natural de glutamato monosódico (como hongos, ajíes y tomates secos, quesos maduros, anchoas y algas). Fue descubierto por el químico japonés Kikunae Ikeda en el año de 1908.